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OREJA PEGADA A LA VÍA DEL TREN

Había puesto su oreja pegada a la vía del tren.

Sintió un tren llegar, como impaciente,

loco por devorar los pensamientos. Entonces

se durmió y tuvo un sueño, que apenas recuerda,

vagamente el sonido del tren y a su amigo agitando 

la mano diciendo adiós para siempre.

 

Cuando despertó supo que había llegado un invierno,

que en aquel tren, para siempre, viajaría el otoño.

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